Trixie: la pequeña pirata

Trixie: la pequeña pirata

Trixie caminaba sola por las calles de San Martín de Porres. Nadie sabía de dónde venía, pero muchos la habían visto pasar, débil, con frío, y buscando algo de comida entre casa y casa. La gente le daba lo que podía, un poco de arroz, restos de pollo, un lugar temporal bajo la lluvia. Pero nadie podía ver lo que Trixie realmente estaba enfrentando.

Uno de sus ojos estaba a punto de ceder. La infección era tan grave que el ojo se había inflamado por completo. No se salía del todo, pero bastaba con mirarla para saber que no faltaba mucho. Su cara reflejaba dolor, pero también una inmensa necesidad de resistir. Y lo más increíble de todo es que, a pesar de todo, Trixie no estaba sola: llevaba vida dentro de ella. Estaba preñada.

No dudamos ni un segundo. Salimos a buscarla y la rescatamos. Su cuerpo estaba frágil, pero ella seguía luchando. Ahora está con nosotros, bajo tratamiento, recibiendo medicación para reducir la inflamación y evitar que la infección avance más. Sabemos que la solución definitiva será operarla, y lamentablemente, eso implica extraerle el ojo. Pero no podemos hacerlo aún. Antes, tiene que dar a luz.

Trixie no solo lucha por ella, sino también por los pequeños que están creciendo dentro de su cuerpo. Apenas sus bebés nazcan, se procederá con la operación. Porque no queremos que vuelva a sentir ese dolor. No queremos que esa herida siga siendo una amenaza.

Hoy, su sufrimiento ya no es invisible. Y aunque aún queda mucho camino por recorrer, esta vez, no lo recorrerá sola.

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